MI EXPERIENCIA EN EL PARQUE JAIME DUQUE
A ver, ¿Por dónde podré empezar? Fue una experiencia increíble. Al momento de llegar, nos impactó tanto a mí como seguramente a la mayoría de mis compañeros que no habíamos podido tener la oportunidad de visitarlo antes; las diferentes estructuras, diseños, paisajes y las muchas historias de cultura, no sólo de nuestro país sino del resto del mundo, de la humanidad. Se sentía enorme, y en cada dirección que giraban mis ojos había una atracción que te hacía salir todas las ganas de querer disfrutar, acompañado con el querer conocer y aprender cada detalle que nos podía mostrar el Parque. Todo esto jugaba con el maravilloso papel de la naturaleza, y los seres tan únicos que esta sostiene y que no tenemos la oportunidad de verlos normalmente.
Esta salida pedagógica nos ayudo de muchas maneras, aunque no lo crean. Además del aprendizaje en cada recorrido, nos hizo unir como el grupo que somos. No podía entrar uno solo a cada atracción, al contrario, eramos todos o ninguno, lo que nos hizo tratar de compartir mucho más la experiencia, divertirnos y ayudarnos entre sí; conocernos mejor y tener la comunicación necesaria para poder avanzar. Esto no fue solo entre compañeros, también con el profesor, con el cual mejoramos y construimos una relación más sólida y agradable. Este Parque nos mostró a través del arte y de la belleza ambiental los impactos más grandes que ha tenido el planeta, aquellas historias contadas de reyes, de guerreros, del hombre. Y de la misma forma mostrarnos en el zoológico los diversos animales que podemos encontrar en nuestro ecosistema, su cuidado, su hábitat, y la otra cara de la moneda, si todos pusiéramos un granito de arena para cuidar la tierra y evitar que siga siendo un problema en el presente y sea lo que nos acabe en un futuro.
Lastimosamente no contamos con el tiempo suficiente para poder visitar cada sitio destinado del Parque Jaime Duque, ya que contamos con fallas de viaje:) sin embargo, aprovechamos el tiempo con el que contamos, para poder disfrutar cada instante e invertirlo en la experiencia. Al llegar al bus quedamos agotados, pero ignorando esto, buscamos energía en alguna parte de nuestro cuerpo y nos contagiamos entre todos una linda alegría y actitud, llegando a nuestras casas felices y satisfechos por la bonita experiencia, que sin duda alguna repetiría.
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